El vinculo que formamos con nuestra familia, es algo difícil de explicar y a su vez es algo inherente que estará presente a lo largo de toda nuestra vida y es tan fuerte que resulta casi imposible de romper.
Esta metáfora cobra vida en la cinta "Lo imposible" (The impossible, 2012), donde se narra la historia veridica de una familia que enfrento los acontecimientos del Tsunami que azoto las costas del sureste Asiático en el 2004.
Una familia conformada por un padre cariñoso, una madre emprendedora, y tres hijos, varones, y de edades entre los 5 y 11 años de edad, hacen de esta familia, una de tantas, con anécdotas familiares y momentos que uno recuerda con el paso de los años y añora para su propia familia. no obstante al vacacionar para la navidad en las playas exóticas de Filipinas, se enfrentan a un desastre natural que cobro cientos de vidas, destrozo poblados y transformo la vida de aquellos que lo enfrentaron.
La familia es separada ante la búsqueda de su supervivencia, siendo la madre quien mas daños físicos sufrió al tratar de unirse a su hijo mayor, y quien se convierte en su apoyo y se enfrenta a la crisis de velar por su madre y padecer la angustia de saberse huérfano por momentos, y enfrentar dichos sentimientos a edad tan temprana. Por otro lado, el padre queda a cargo de los otros dos pequeños, y se forzado a dejarlos en las montañas para salir en búsqueda de su esposa e hijo, lo cual nuevamente los enfrenta a la angustia de separarse y cuidarse mutuamente y la búsqueda ante la inminente sensación de perdida.
La cinta resulta conmovedora y mantiene los sentimientos a flote, literal y metafóricamente, ante la situación de supervivencia y union de esta familia, y a pesar de ello, no cae en sentimentalismos para crear la angustia por identificarse con los personajes de la pantalla y reflexionar sobre la situación: cuantas veces nos alejamos de la familia o nos quejamos de ella pero es hasta que se nos separa o pone aprueba la idea de volver a estar juntos que se llega a valorar y demostrar que tan fuerte es ese lazo que nos une a ella.
Cuando niños, estamos unidos a ella por circunstancias, y son los padres quienes se encargan de fortalecer esa conexión al forjar el crecimiento y desarrollo de los infantes, respetandolos e impulsandolos a convertirse en los adultos que merecen ser o todo lo contrario. Para cuando adultos uno escoge el camino a seguir en base a esa educación y sin contar la distancia física, la conexión creada entre padres e hijos podrá ser tan fuerte para romper distancias o tan nula para perderse a pesar de la cercanía.
Al ponerse a prueba, en su mayoría por circunstancias, como las presenciadas en una cinta como esta, es que denota el carácter de cada uno de sus miembros y como en todo grupo social, cada uno aporta su personalidad para dotar al grupo una unión unica. Que tan agradecidos somos con los sacrificios que nuestros padres han hecho por nosotros para criarnos de cierta manera? que tan fuerte somos como hijos para luchar por el bienestar de nuestros padres o tan egoístas para renegar de ellos? Hasta donde somos capaces de llegar por nuestros seres queridos?
Cuando vemos la alegría de un padre al cargar a su hijo y este regordearse de felicidad al sentirse recibido en ese lugar llamado hogar o familia, donde este es un lugar sano y seguro, que nos permite dotar esa paz y armonía para enfrentar el exterior, es una sensación que difícilmente se puede comparar o duplicar a excepción de que ese lugar sea todo lo opuesto a lo mencionado, y dicha sensación se obtiene al huir de ello, pues aveces el desastre natural comienza en casa, mas ese será otro tema para futuro, por ahora al enfocarnos en el lado positivo de contar con una familia que nos brinda ese lazo de sentirnos parte de algo y capaces de desafiar adversidades (no solo naturales) por esas personas que como toda relación humana, amamos tanto al mismo tiempo que pareciera odiarlos, pero en el fondo es un amor que simplemente resulta imposible de duplicar y no solo por el hecho de darnos la vida o compartir un lazo sanguino sino por el hecho de saber que son quienes harán lo imposible por nosotros.
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