Desde este año la compañía Netflix, quien originalmente se creo como un sistema para ver películas y series de televisión de paga, con la diferencia de que tienen un catalogo existente en el cual el usuario es quien elige cuando y que ver, en base a lo que ofrecen, y que por ende gozo de gran aceptación, aunado a un bajo costo, ahora se ha enfocado en producir sus propias series originales.
"House of Cards", se presenta como una de las primeras, y vaya que ha sido una gran sorpresa. Con un elenco de actores y directores reconocidos en el medio cinematográfico, brincan a la pantalla chica para presentarnos este drama político.
La historia se centra en un senador que conoce todo el teje y maneje de la politica norteamericana en Washington, D.C., y que ante el cambio del nuevo presidente no goza de la promoción esperada, pues aun se le necesita donde mismo para que haga que las cosas prometidas sucedan.
Así, utilizando sus conexiones, experiencia, y manipulando los medios de comunicaciones en su favor, decide continuar su trabajo pero a la vez intentar salirse con la suya y exponer a quienes lo traicionaron y ayudar a quienes lo apoyen, lo cual define a la política en si.
Dramas politicos hemos visto muchos, donde el underdog se abre camino para triunfar en el estado y país, o la carrera que un individuo debe sufrir para alcanzar el máximo precio de la presidencia, o sumergirnos en la vida de innumerables políticos y sus aventuras en el campo, lidiando desde el jurado hasta senadores y diputados haciendo de su día un circo para quien lo vive externamente, pero el sello que otorga esta serie de cartas, es precisamente ver desde la psicología de un político descarado, que ama y conoce su política, su terreno de juego, sus jugadores y lo convierte en un juego de pasión y estilo de vida.
Poder involucrarnos con lo que sucede tras el telón político, donde todos sabemos hay mentiras, corrupción, manipulación, negociación, mas el ver el juego claramente, entendiendo el papel de cada uno, donde como piezas de ajedrez, la carta mayor resulta solo eso, ser una figura publica que se mueve en base a un plan creado por colaboradores llamado el partido, y teniendo peones que abren el camino para lograr los objetivos, llamados senadores.
Como figuras publicas todo depende de la imagen que se tiene, por lo cual cada paso es como andar en un campo minado donde el menor movimiento sin planearlo puede traer consecuencias muy altas y el precio es muy alto para limpiarlas o pagarlas. Así mismo, están rodeados de reporteros hambrientos por conseguir algún detalle de estos errores o poder observar estos movimientos para poder sacarlos a luz y exponer la verdad, lo cual pondría a una nación a favor o en contra de algún partido o candidato, como si de cualquier celebridad se tratara.
El juego politico no es nada nuevo bajo el sol, y menos en la televisión pero definitivamente el ubicarnos en el contexto político de una nación que tambalea su poder global y que se encuentra en una nueva época globalizada y tecnológica, le da una nueva perspectiva a la psique de sus integrantes y nos replantea nuestro papel como ciudadanos, donde o somos unos títeres movidos por los hilos de este circo o somos ahora quienes tenemos el sartén por el mango y solo necesitamos el conocimiento para poder usarlo y exigir el servicio de dichos funcionarios o simplemente mantenernos cegados por el telón de nuestras vidas ignorando lo otros están preparando para nuestro futuro. Que privacidad se romperá primero, la nuestra o la de ellos?
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