viernes, 22 de agosto de 2014

Cuando hay que perder para ganar....El juego nos queda grande.

Dentro de la cinematografía, el genero de deportes ya tiene en su haber varios clásicos: "Rocky" (box), "Karate Kid" (Karate), "A League of their own" (Baseball), "Juego de titanes" (Football), por mencionar solo algunos. Por lo cual cada que estamos ante una nueva entrega no podemos sino estar exceptivos ante el manual o la formula que estas películas tienden, el underground (ya sea equipo o una persona), se enfrentan a un reto personal o profesional que los llevo a una introspección para crecer  sacar lo mejor de ellos saliendo triunfantes de alguna manera, ganando en el juego o en su vida.

Aunque uno no sea un asiduo fan de los deportes, el sentido inspiraciones que estas cintas representan, demostrándonos que somos capaces de salir adelante y lograr aquello que nos proponemos a pesar de los muy difíciles obstáculos que se nos puedan presentar, las convierten en lo que llamamos "feel good movies", ademas de que usualmente las escenas de acción, donde podemos presenciar el deporte en su mejor magnitud via una pantalla grande, están editadas de tal manera que cuando vemos dicho deporte en la realidad, extrañamos la adrenalina y tension que estas nos acostumbraron.

Así, estamos ante la presencia de la cinta "When the game Stands Tall" (2014), o lo que traduciríamos en español a algo así como Cuando el juego se sostiene alto, y desgraciadamente las expectativas de la cinta en base a su trailer también eran altas mas podemos adelantar que la película se coda corta en su camino a ese salon de la fama o atributo de un nuevo clásico.

En primer instancia, se agradece que la trama no sigue la formula mencionada previamente. Aquí, partimos al adentrarnos en el mundo de un equipo de football americano que se encuentra disfrutando las mieles del triunfo al romper el record del estado de California de 151 juegos ganados consecutivamente. Por ende, sus miembros se encuentran en una zona de comfort donde su futuro esta garantizado así como ganar el campeonato a pesar de las varias fallas que cada uno de sus integrantes presenta, y tan absurdas como el que uno de ellos no puede cachar el balón cuando se le es lanzado. Cuando su sobre confianza es puesta a prueba al ser apaleados por otro equipo del cual no lo esperaban y perder su record, es que caen en un abismo de realidad, que les hace abrir los ojos y experimentar algo nuevo, un sentimiento de frustración y lucha por recuperar lo perdido.

Así cada uno de sus integrantes, experimentara su propio camino para superarse y al final poder aportar ello al equipo, siendo así que juntando las piezas puedan luchar y sudar por ganarse lo que les fue arrebatado o tal vez nunca merecido. Esto se agradece como espectador, ya que podemos apreciar en este tipo de cintas mas acerca de la vida de los integrantes del equipo mas allá de la cancha y que a final de cuentas es lo que los define como personas. Por excelentes jugadores que sean, tienen una vida después del partido y tendrán que lidiar con esa dosis de realidad que los hace líderes o empaticos o simplemente alguien con atributos necesarios para que el equipo gane.

Desgraciadamente esto se convierte en una falla para la cinta, y es lo que la mayoría de los críticos han visto en su contra, que tratandose de una cinta de deportes, carece de escenas trepidantes en la cancha, resaltando que las pocas que hay cumplen con el objetivo, pero dado que hablamos de un equipo y el tiempo en pantalla dedicado a profundizar en la vida de los miembros mas importantes del mismo hace imposible poder ofrecer mas, lo que resulta un tanto frustraste para aquellos fanáticos del genero y de igual manera incapaz de satisfacer a los que gustan de un buen drama.

Mas allá del deporte, el partido, o el drama de cada uno de sus integrantes, lo que la cinta engloba es el mensaje de lo que todo esto significa. Uno no puede jugar en uno equipo para satisfacerse a uno mismo, ni lo que cuenta es romper un record o ganar un trofeo, sino es acerca de los lazos que se crean en esa cancha, una emulación a un campo de batalla, donde la persona a tu lado cuenta con un lazo que hace que uno de todo y te haga sentir parte de ese grupo o familia.

Es curioso, como en países como E.U., estas cintas emulan este significado, al igual que aquellas cintas bélicas, donde los soldados dan todo por su nación, manipulando ese significado de hermandad, que se traduce a la vida real, donde los deportes y los lazos que se crean son manipulados para solidificar núcleos y relaciones mas fuertes que la familia misma, y que puedan justificar esa necesidad de triunfo, de superarse, de resaltar entre los demás.  Siendo el fútbol americano el deporte mas popular en dicho país, mas no en el resto del mundo, también habla mucho de ese sentido de batalla, mediante estrategias, ganar y aplastar al oponente, mas que un deporte físico que denote talento y que nos hace cuestionar que tanto se logra manipular a la sociedad mediante un deporte que enaltece los lazos de hermandad y su vez, estrategias para, literalmente, aplastar el oponente, mas allá  de la introspectiva como deportista ante los retos de la vida que logran hacernos mas humanos y sensibles al entorno para poner a los demás por encima de nosotros mismos.






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