A finales de cada año o en momentos especiales, todos nos detenemos a hacer consciencia de lo que hemos alcanzado, nuestros logros y fracasos, los anhelos y frustraciones, y por supuesto nuevos propósitos.
Muchas veces estos se vuelven ideales, sueños, fantasías que añoramos algún día realizar y poder experimentar una vida que deseamos para nosotros mismos pero que a la vez no estamos haciendo absolutamente nada por tener y es donde el soñar se convierte en problema.
Desde chicos se nos motivo a soñar para alcanzar esas metas y tener propósitos al momento de crecer y convertirnos en adultos y así tener propósitos en la vida por los cuales luchar. Sin embargo, esto es una regla muy general y varia dependiendo las personalidades ya que no todos contamos con ese espíritu aventurero para tomar un tren o avión esporádicamente y simplemente dejarse ir, o para abrirse a conocer nueva gente, o simplemente probar cosas nuevas en el día a día y la rutina se vuelve un confort o sentirnos protegidos por la gente a nuestro alrededor, anhelando muchas otras cosas que desearíamos tener o experimentar o que siempre soñamos con alcanzar.
Existen casos, donde la rutina y el confort por lo conocido es la felicidad que se desea, y esto no tiene nada de malo, pero en la mayoría de los casos, esto solo es un escudo para protegernos contra el remos de enfrentar y renunciar a lo seguro para apostar por lo nuevo y desconocido, nuevamente como ya hemos hablado en ocasiones pasadas, la incertidumbre a lo desconocido es uno de los mayores miedos del ser humano y se refleja en diferentes conductas que van desde lo pasivo a lo agresivo.
La película "La Increíble vida de Walter Mitty", (2013), intenta explorar este lado de la vida, donde un soñador se ve atrapado en sus fogajes escapadas de la realidad para satisfacer esa hambre por ser diferente y hacer cosas diferentes. Algunas van desde una escala mayor como el reconocimiento a otras mis intimas como la satisfacción propia de haber hecho algo en vez de quedarnos con las ganas.
Desgraciadamente la cinta oscila entre la comedia y la acción, y nunca logra encajar en ninguna de las dos, haciendo que los personajes se sientan planos y sin dimensiones, llevándonos de situaciones inverosímiles a un puño de clichés, lo que representa en una falta de conexión con el espectador y empatía por el pequeño mundo de un grupo de personas que solo buscan hacer de sus vidas algo grande, para ellos mismos.
Y ese seria el acierto de la cinta, lograr transmitir esa idea de sacudirse los miedos y actuar en vez de pensar, tomar riesgos, vivir y darnos la oportunidad de sorprendernos a nosotros mismos y con lo que la vida nos presentara una vez que salimos de la burbuja pues después de todo la vida no solo son cosas malas y el hecho de que algo sea nuevo o diferente no implica que sea negativo, sino al contrario, aportara una nueva perspectiva que moldeara y fortalecerá nuestra personalidad y ya dependerá de nosotros que tan bien o mal lo aprovechemos.
Así, el mensaje final de todo esto y mas al terminar de ver esta película, que por seguro entretendrá a mas de uno, mas pocos recordaran, es que la vida es solo una, y la idea o concepto de vivir es precisamente abrirnos a las posibilidades que esta ofrece y generalmente las cosas ocurren por alguna razón así que la próxima vez que algo suceda, evitemos pensar que fue bueno o malo sino que sucedió con la finalidad de aprender una lección y experimentar algo nuevo que seguramente nos llevara a otra aventura para descubrir el mundo, conocer nueva gente o mejor aun, a nosotros mismos, así que dejemos de soñar con todo aquello que desearíamos hacer o tener o lograr y empecemos a actuar mas que para obtenerlo para vivirlo.
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