Hablando de películas animadas, la casa PIXAR ahora parte de los estudios Disney, se ha caracterizado por presentar historias vanguardistas, en cuestión tecnológica, pero con historias que superan la calidad visual, donde igualmente nos hacen reír como nos tocan la fibra mas sensible, por lo cual cada año, su propuesta es esperada como un festín tanto por los niños como los adultos.
Sin embargo, las ultimas entregas no fueron de la calidad que nos tenían acostumbrado y aunque los fans no les dieron la espalda, se empezó a creer, se había perdido ese toque "mágico". Mas en esta ocasión, parecieran tratar de regresar al buen camino: lo malo, estamos ante una precuela, que si normalmente consideramos la secuelas son un reto difícil, mas no imposible, la precuela se complica aun mas pues en su caso ya conocemos el desenlace, por lo cual lo único que lo salva será el camino que se nos presenta para llegar a ello.
La ventaja, es que utilizan una de las historias que mejor les funciono la década pasada, con personajes que están bien posicionados en el gusto del publico y con ello se crea un sentido de nostalgia que funciona en sentido de mercadotecnia.
Pero que habrá respecto a la historia? como superar una historia donde el tema son los miedos. Como nos cegamos ante los desconocido y por ende genera un temor al no saber la reacción o consecuencia de algo y esto nos limita y delinea en nuestro día a día.
El resultado es baste grato, ya que en esta ocasión, somos transportados a la época en que aquellos Monstruos, que conocimos en la punta de la organización, casi como si del estrellato se tratara, y que enfrentaron uno de los mayores miedos en su mundo: los niños, (cuando irónicamente en nuestro mundo son esos monstruos los miedos de los niños, lo cual resulta absurdamente hilarante), pero ahora enfrentaran sus propios miedos.
Y que mejor etapa que la juventud, cuando uno se esta abriendo camino en la vida, creciendo, tratando de conocerse, que es precisamente donde afloran todas aquellas inseguridades que venimos arrastrando y que son el parte aguas del futuro venidero y del adulto en que estamos transformándonos.
Cuantas veces no idolatramos y soñamos con estar en los zapatos de los chicos populares del colegio, aquellos que se ven "cool" y todos admiran, ya sea por la reputación de su familia, o por el grupo en que se desenvuelven, o por la manera en que parece se toman la vida, mas cuantas muchas de esas veces, todo es una pantalla, que oculta una tras bambalina, insegura, hueca, solitaria.
O cuantos no recordamos hacer burla de los jóvenes estudiosos, que por enfocarse en ejercitar su mente y esforzarse por obtener las mejores calificaciones, descuidan sus habilidades sociales, lo cual se refleja en una poca autoestima y rechazo de los demás, cuando en realidad resultan ser quienes mejores se conocen a si mismos y al menos saben lo que quieren pero la presión social optara por hacerlos fuertes y querer resaltar o sumergirá en una inseguridad social por el resto de su vida.
Por ello, es fácil relacionarnos con estas situaciones y cuestionarnos como y porque éramos de cierta manera y mas importante como somos ahora. Si nos aceptamos tal como somos, con las habilidades y defectos que son inherentes a nuestro físico o personalidad, o aun idealizamos con ser algo o alguien mas y estamos en constante insatisfacción o lucha por conseguirlo, o la lucha ya es mas realista y aprendemos a trabajar en equipo tomando en cuenta nuestras deficiencias como una oportunidad de relacionarnos con aquellos con nos complementen y de esta manera estar completos como unidad.
O en el peor de los casos, mirate al espejo y seguir viéndote como el monstruo que te sentias en aquellos tiempos del colegio, lo cual significaría que el tiempo no ha pasado y tu vida esta estancada en esa etapa, por ello nuevamente se agradece a los cuentos de hadas, nos recuerde aquellos memorables momentos para salir de la sala y regresar al mundo real.
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