
Estas son las noticias hoy en día. Y nosotros unos adictos al morbo de ver la miseria, el dolor, la humillación y el daño a otros. Y no solo las noticias han brincado esta tenue linea de moral y censura. La television, el cine, caricaturas, comics, libros, videojuegos cada día son mas explícitos convirtiendo nuestra sed de morbo en una necesidad que no sorprende pero complementa.
Ahora, esto no es lo que único que nos trae al tema en esta ocasión, sino un mero medio para explicar la cinta "Nightcrawler" (2014), donde el verdadero protagonista no es el morbido, psicopata, narcisista Lou, un joven anti social por convicción y necesidad, ya que como el mismo describe, tal vez no es el que no entienda a la gente, sino que no le guste la gente, dado que esta determinado en alcanzar sus metas y para lograr sus objetivos aquellos que no le sirvan, le estorban.

La excelente interpretacion del actor Jake Gyllenhaal nos permite literalmente inmersarnos en esa mentalidad obstinada que a cada cuadro nos recuerda como todo es cuestión de proponernos las cosas para tener una actitud de logro. Conocemos al joven Lou, en sus novatadas como ladran, donde su seguridad y cara de buena gente sirven de carnada para que los otros confíen en el, cayendo en su trampa y terminando siendo víctimas de un robo. A su vez tratando de abrirse camino vendiendo sus artículos robados o buscando un trabajo en fabricas que cuentan con turnos nocturnos es que presencia un accidente en la carretera. Y como cualquiera de nosotros el morbo por ver que es lo que sucedió a orillas de esta, genera en el una excitación que lo obliga a orillarse y acercarse a ver de cerca lo que pasa.

Así, tomara a favor todos sus conocimientos adquiridos en el internet para venderse como hombre de negocios, en la industria de las noticias, forjando su empresa en base a vender amarillismo a la directora de noticias una televisora que comparte la misma hambre de triunfo y de exceder limites que no puede si no complementarse de manera enfermiza pero semejante.
Es ahi donde la cinta triunfa al dejarnos pensar en cual bajo se puede caer para llegar alto. En que nos hemos convertido para convertir ese morbo una vez reprimido en una forma de expresión. En cuanto una actitud puede romper esquemas y estereotipos sin importar éticas ni moral, usando gente como piezas de ajedrez si sabemos como moverlas. Cuando creíamos que nada nos sorprendería, siempre habra un Lou que volver a dejarnos con la boca abierta o tal vez, si nos lo topamos fuera de la pantalla, en algún lugar al cual no escogimos estar, sino el.
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